Valeria se ha pasado toda la tarde llamándome. A sus veinte años, cualquier cosa es urgente. Todo es nuevo, todo es apasionante. Nada puede esperar. Resulta que me ha hecho una tarta de limón. Cuando abrí el teléfono tenía diez fotografías de la maravillosa tarta.

Val quiere traerme el maldito pastel de limón. Soy diabético desde los diez años. El azúcar puede subir, qué peligro. Qué escándalo. Un coma glucémico.

Si viene a mi casa le estamparé la tarta en el culo . Comeré, con gula , esos trozos amarillos de grasa y sorberé esa nata que se cuela en rendijas golosas y oscuras.

Otra foto, Val. Vas a volverme loco ,jodida perra. En ella apareces, amasando tus panecillos, con un rodillo de repostería. No puedo ver tus pezones pero si tus areolas. Las tienes grandes. Una buena hembra a pesar de tu juventud.

"Mira que eres golfa , Val". Le digo con cariño. Es mi amiga , no quiero romper nuestra amistad y, además , no quiero aprovecharme de su debilidad. Ella haría cualquier cosa por un poco de dinero. Aún tengo principios. Joder , necesito seguir siendo una persona.

Mi tronco , que yacía muerto y abandonado, vuelve a cobrar vida.

Tengo el sable bien empinado.

Mi polla se ha convertido en un árbol milenario. Está tan dura que podría partir nueces con la punta.

La naturaleza vibra por el interior de mi corteza.

Ese líquido blanco y lechoso, esa savia llena de vida .

Esta noche soñé que tenía un rabo como el de Nacho Vidal. Intentaba introducir mi torpedo en un vaso de cubata. Y no me cabía.

Dos rubias, muy tontas y operadas ,me miraban con cara de asombro. Maravilladas, estupefactas.

Tengo miedo , Valeria. La tengo pequeña. Por debajo de la media.

He ido a terapias y he intentado que eso no condicione mi vida sexual .

Pero la realidad es que si te meto mi miserable polla, en tu culo, no llegaría ni a hacerte cosquillas.

Acaban de picar al timbre. Si es Valeria, le comeré el bollo.

Nunca dejes que una mujer descubra tus debilidades , Víctor.

No era Val. Era un puto testigo de Jehová. Le abrí la puerta en calzoncillos, con mi mierda de pija, bien empalmada.

Pequeña, pero juguetona.

Carol Bosch