Conocer las zonas erógenas de la vulva es el primer paso que tenemos que dar para alcanzar el orgasmo femenino. Cargada de rincones por explorar, cada una además cuenta con una forma única que la hace diferente al resto y es por esto que debemos prestar atención a cualquier alternativa de placer.

La estimulación, tanto en pareja como en solitario, es mucho más directa cuando conocemos nuestro cuerpo y prestamos atención a esos puntos que nos hacen estremecer a cualquier hora del día. Una caricia, un pequeño roce o estar a la espera de un masaje sensual pueden ser iniciativas que nos dejen sin aliento. ¿Te atreves a saber dónde se encuentran y qué hacer con ellos?

¿Qué son las zonas erógenas de la vulva?

Dentro del órgano, cualquier parte del cuerpo que sea sensible a la excitación sexual podría meterse en este conjunto. Las zonas erógenas de la vulva, cuando hablamos de personas que tienen de ésta entre sus piernas, son aquellas que con el simple hecho de estimularlas ejercen de puerta hacia el orgasmo. A continuación, para que vayas anotando, te dejamos con las más importantes:

Zonas primarias

Conocidas como las más sensibles a la estimulación erótica, en las zonas primarias encuentras los focos más altos de placer que una persona vaya a experimentar. Se entiende que cuando llegas a ellas tienes la perfecta recompensa del clímax asegurada pero, ¿sabes exactamente dónde se encuentran?:

Clítoris

De todas las zonas erógenas de la vulva de podemos nombrar, el clítoris es el punto por excelencia cuando hablamos de dar placer. Con esto como finalidad única, nos encontramos ante un “pequeño botón” con más de ocho mil terminaciones nerviosas (el doble de las que tiene el pene)

Aunque el proceso de excitación tiene que ir de menos a más, es fácil entender que casi todas las caricias vayan a terminar aquí. Sensible al roce, ejerciendo presión sobre él de forma suave, la estimulación del resto del órgano se va haciendo sola. Con los dedos, la lengua o cualquier juguete sexual la experiencia puede ser de lo más gratificante.

Vulva

La vulva es una de las zonas erógenas más expuestas que tenemos. Perfectamente visible, es el centro de la penetración cuando estamos en medio del acto. Sin embargo, echando un poco de paciencia y con ganas de ir más allá de lo tradicional, nos encontramos con un espacio en el que hay todavía mucho por descubrir.

Con las manos o cualquier juguete hecho para ella, puedes ir explorando cada rincón para ver cuál de ellos es el que te proporciona más placer. Descubrirte a ti misma no solo te vale para los momentos en soledad sino también para después comentar a tu pareja que es aquello que te gusta y de qué manera puede él/ella participar.

Zonas erógenas secundarias

En este apartado dejamos las zonas erógenas de la vulva para hablar del cuerpo más allá de los genitales y todo lo que nos ofrece. Cargado de puntos que debemos tener en cuenta, si pensabas que para tener un orgasmo había que estimular solo la parte de la vulva es porque no sabías nada al respecto.

Perfectas como puerta hacia la excitación sexual, en el cuerpo tenemos cantidad de elementos comunes con los que podemos jugar antes de pasar al acto. Metidas en el conjunto de los preliminares, consiguen que el intercambio no sea aburrido y una conexión en pareja mucho mayor. ¿Las tienes localizadas?:

Labios

La boca es uno de los primeros contactos que tenemos con esa persona que nos gusta y con la que tenemos feeling. A través de los besos se manifiesta la atracción que sentimos por el otro y desde aquí podemos pasar a mayores. Si bien en un principio nos centramos en los labios, en ésta hay mucho por descubrir.

Cargado de terminaciones nerviosas, desde la parte central vamos hacia los alrededores mirando cuáles actúan como focos del placer. Algo tan sencillo como pasar el dedo o la lengua por encima de los labios provoca un cosquilleo de lo más estimulante y consigue que nos interesemos mucho más por lo que puede venir después. ¡No dejes de probarlo!

Cuello

Aunque existe mucha distancia entre el cuello y las zonas erógenas de la vulva, éste cuenta con mucha facilidad para la excitación. Gracias a lo sensible que resulta, estamos ante una parte con la que podemos jugar provocando mucho placer a nuestra pareja y es que, con solo acariciarla con la yema de los dedos la respuesta es sorprendente.

Pezones

Ningún juego erótico puede pasar por alto el poder de los pezones. A pesar de que son muchas las personas que lo ignoran, esta parte del cuerpo tiene una capacidad de excitación similar a la del clítoris. De hecho, aunque no es algo que esté muy extendido, ¿sabías que puedes llegar al orgasmo solo a través de su estimulación?

Las terminaciones nerviosas de los pezones ha hecho que muchas mujeres tengan su clímax sin necesidad de bajar hasta los genitales. Con esta afirmación, sabiendo que muchos ignoraban de su poder, conseguirá que por fin se le dé el protagonismo que merece a una parte que dimos por abandonada.

Parte interna de los muslos

La parte interna de los muslos es una de las zonas más sensibles de nuestra anatomía pero que a menudo pasa desapercibida. Vendida como preámbulo hacia la vulva y todos sus extremos, nos encontramos con un sitio en el que podemos prolongar el nivel de excitación a la pareja, ¿no es maravilloso?

Entretenerse con las manos o la boca próximos a las zonas erógenas de la vulva es una manera de incrementar el interés sexual de nuestra pareja por lo que vamos a hacer después y la manera en la que la podemos revolucionar. Sin prisa alguna dedícate a explorar cada uno de sus poros y la excitación irá cada vez a más.

Zona lumbar

La espalda es una de las zonas secundarias para el placer que se presta a todo. Desde un buen masaje hasta caricias sin fin a lo largo de la misma son muchas las opciones que ofrece a la pareja de amantes. Con la punta de los dedos, desde la parte de atrás, puedes hacer movimientos en círculo consiguiendo una respuesta de lo más receptiva.

En el contorno de la cintura (teniendo en cuenta que aquí está el último punto de la parte lumbar) también hay cantidad de juego. Lejos de ser una de las zonas erógenas de la vulva, nos encontramos con un extremo que puede provocar grata sensación de placer consiguiendo que nuestra pareja se estremezca.

Nuca

Junto con los pezones, la nunca es una de esas partes que pasan desapercibidas y en la que deberíamos tomar mucho más interés. Cargada de terminaciones nerviosas, con un simple cosquilleo podemos hacer que la persona que está recibiendo sienta un estremecimiento sin medidas.

Si nos encanta jugar con el cuello de nuestra pareja, intercalar caricias o besos alrededor de la nunca puede ser muy placentero. El masaje, que para muchos es una forma de estímulo única, también puede ser una práctica que hagas en esta parte del cuerpo. ¿Sabes la cantidad de sensaciones que vas a vivir?

Orejas

¿Qué sientes cuando te susurran al oído? Las orejas, como parte del cuerpo que nos llevan a escuchar, son fundamentales pero también tienen su qué a la hora de una relación sexual donde los preliminares protagonizan la escena. Los lóbulos cuentan con una sensibilidad única que puede hacer disfrutar mucho a nuestra pareja.

De alto contenido erótico, cualquier caricia que se haga en esta zona del cuerpo puede responder como un volcán de emociones que está a punto de estallar. Con paciencia y sin prisa alguna, merece la pena disfrutar de todos los experimentos que puedes hacer aquí como preámbulo a lo que está por venir.

Nalgas

Grandes receptivas de los estímulos, fuera de las zonas erógenas de la vulva se podría decir que es una de las más receptivas. Al ejercer determinada presión sobre ellas la sensación puede ser bastante placentera y esto es lo que hace que las tengamos entre las grandes favoritas de nuestra colección.

Desde pequeños pellizcos a interminables caricias, en las nalgas se pueden hacer un sinfín de circunferencias a través de las que vamos dibujando el siguiente paso de la relación o juego sexual en pareja. La excitación, que puede ser bastante alta, siempre va en aumento incluso para aquellos que han caído en la rutina.

Pies

¿Alguna vez has escuchado eso del fetichismo con los pies? Son muchas las personas que encuentran en esta parte del cuerpo algo sensual y provocativo que quieren experimentar de todas las formas posibles. Desde la planta hasta la punta de los dedos pasando por el talón y los tobillos existe un mundo por descubrir y recorrer.

Los masajes, que vienen bastante bien para la circulación, cobran un alto protagonismo en esta zona gracias a la cantidad de terminaciones nerviosas que tienen. Agradecidos a las caricias de todo tipo, con geles efecto frío/calor el universo de sensaciones que puedes experimentar se abre aún más.

Manos

Si antes hemos hablado de los pies y el interés sexual que hay alrededor de éstos, con las manos pasa igual para muchos. Elemento fetichista desde tiempos sin nombre, nos encontramos ante una parte de nuestro cuerpo que puede resultar sexy, coqueta y cantidad de atributos para nuestro amante.

Algunas personas tienen tantas cosquillas en la cara interna de la mano que el simple roce con otra piel se les hace irresistible. Cargadas de terminaciones nerviosas, dan bastante juego a la hora de ganar intimidad con quien nos gusta. ¿Eres consciente de la cantidad de cosas que se pueden averiguar a través de ellas?

Formas de estimular las zonas erógenas de la vulva

Una vez que sabemos cuáles son las partes de la vulva, lo siguiente es atender al estímulo de sus zonas erógenas. Actualmente, gracias a la cantidad de estudios que hay relacionados con el orgasmo y derivados, son muchas las alternativas que hay para dar placer, sentir excitación o hacer disfrutar a la otra persona.

Tanto para disfrutar en pareja como en soledad, si conocemos bien el cuerpo y la manera de hacerlo sentir (cuando se trata del de nuestro amante es mera comunicación) el cometido final resulta mucho más sencillo. A continuación, a fin de valorar las diferentes opciones, te dejamos con algunas recomendaciones:

Masturbación

La masturbación es la mejor manera de conocer nuestro cuerpo y la manera en la que nos sentimos ante el estímulo. Descubierta por muchos en la pubertad, también es una forma de disfrutar de nuestras zonas erógenas en pareja. Nadie mejor que tú puede decirse cómo es una caricia o la manera en la que le gusta algo. ¿Ya lo probaste?

Masaje en pareja

El masaje en pareja es uno de los juegos eróticos más antiguos. De forma pausada y cargados de ganas vamos poco a poco descubriendo el desnudo del otro y cuál es su respuesta a las caricias. El erotismo que desprende este juego suele ser lo que enciende la pasión así como el deseo de seguir. ¡Da rienda suelta a tu creatividad!

El acto sexual

Las zonas erógenas de la vulva también se pueden estimular durante el acto sexual con nuestra pareja. Gracias al roce de los cuerpos o a través de las caricias podemos conseguir el objetivo final sin muchas complicaciones. Una vez más, la comunicación con el otro se hace fundamental y por eso debemos ser completamente sinceros.

Un buen estímulo de las zonas sensibles, con independencia de que sean sobre la vulva o el órgano genital masculino, es el primer paso que debemos dar para tener sexo de forma tradicional con la otra persona. La aproximación de la excitación a través de las caricias es la mejor manera de hacer que nuestro cuerpo responda de forma positiva. ¿Tienes mucha prisa por llegar al clímax? ¡Atrévete antes a descubrirte!

¿Por qué las zonas erógenas de la vulva son tan importantes?

Biológicamente tanto el hombre como la mujer cuentan con partes del cuerpo más agradecidas al estímulo pero cuando hablamos de las zonas erógenas de la vulva tenemos que hacer ciertas puntualizaciones. Las caricias de nuestro amante, que son la puerta al acto sexual, se vuelven fundamentales para las chicas.

Mientras que los varones pueden excitarse con un pequeño roce o a través de una imagen sin movimiento, las chicas requieren de un proceso mucho más elaborado y donde su pareja tiene que jugar un papel extra. Visto así el erotismo, que es la evolución natural del afecto entre dos personas, no es igual para ambos sexos.

La importancia de las zonas erógenas de la vulva radica en la preparación que ofrecen estas para el coito. La erección del hombre, que normalmente es mucho más espontánea, nada tiene que ver con la estimulación previa que se tiene que hacer del órgano genital femenino puesto que en éste debemos poner mucha más dedicación.

Caricias, la verdadera puerta hacia el placer

Las caricias eróticas son fundamentales cuando hablamos del estímulo de las zonas erógenas y su respuesta inmediata. Si con el roce nos sentimos queridos, respetados y mimados de forma natural cuando éste tiene connotaciones sexuales existe una mayor conexión con la persona a la que estamos estimulando.

La piel es la parte más extensa del ser humano y sus formas de estímulo pueden ser muy diferentes entre sí. Como elemento clave de las zonas erógenas de la vulva, podemos acariciarla con la intención de obtener una respuesta a cambio. A continuación, para que veas lo que importan los gestos, te dejamos con algunos detalles de la caricia:

Forma primaria de contacto

Con independencia de que la caricia sea erótica o convencional, estamos ante la primera forma de contacto entre personas. Desde los primates observamos cómo con roces y gestos eran capaces de establecer un código de afecto con el que también formaban parte de un grupo determinado.

Actualmente tenemos las caricias como forma de decir al otro que nos importa o que él/ella está por encima del resto de personas que hay a nuestro alrededor. Sin que lleven connotación sexual alguna, siguen siendo la muestra más directa de acercamiento pudiendo usar ésta para amigos, familia o cualquier individuo al que queramos.

Máxima expresión de ternura

Se dice que la caricia es la máxima expresión de ternura. Cuando la llevamos al terreno sexual estamos hablando de alguien que nos tiene cariño, nos respeta y quiere que disfrutemos del momento sin medidas. La pasión, que también se puede manifestar a través de este gesto, se hace mucho más romántica e idílica cuando viene acompañada de pequeños roces.

Establecida como una forma de expresar afecto, en nuestra vida diaria también podemos hacer uso de ella para advertir que somos empáticos. Si una persona está pasando por un mal trago y nosotros queremos demostrar que estamos ahí, con las caricias se hace todo mucho más fácil. ¿No te diste cuenta?

Perfectas para los momentos íntimos

La respuesta que las zonas erógenas de la vulva tiene a las caricias la hacen el elemento perfecto para que el cuerpo se prepare para el acto. De manera pausada y a modo de descubrimiento podemos disfrutar de cada uno de los poros de nuestra pareja y ver cuál es su comportamiento. A través de la caricia, además de observar la respuesta del cuerpo, también podemos decir a nuestra pareja cuánto nos importa o qué es lo que significa para nosotros. En el sexo los roces son fundamentales y, cuando se trata de una mujer, la manera más efectiva de hacerla sentir especial. ¡No dejes que la prisa te perturbe! Refuerzan el vínculo con el otro Las caricias sirven como vía para reforzar vínculos con la persona que tenemos delante de nosotros. Perfectos sustitutos de las palabras, con un simple gesto podemos advertir muchas cosas sin necesidad de abrir la boca. De formas muy diferentes, a menudo estos gestos se interpretan de forma muy objetiva. En el ámbito sexual las caricias hacen que nuestro amante se sienta cómodo con nosotros y tenga una predisposición al encuentro íntimo. Como puerta para disfrutar al máximo de la experiencia, se recomienda observar cómo reacciona así como el tiempo de respuesta que tiene hacia el estímulo. Vía para conocer nuestro cuerpo Aunque hemos centrado las caricias en los encuentros que tenemos con otras personas, no podemos olvidarnos de éstas para descubrir nuestro propio cuerpo. La estimulación que hacemos de las zonas erógenas de la vulva en la pubertad es a través de roce con una misma y esto en parte, es el primer contacto con el sexo. Sin miedo alguno todas las mujeres deberían explorarse antes de cualquier encuentro o relación sexual que se vaya a tener. Gracias a la masturbación muchas chicas han descubierto la forma en la que se sienten bien y pueden orientar a su amante sobre cuáles son los puntos erógenos que más les satisfacen. ¿Has probado a hacerlo con el tuyo? Complementos para disfrutar de las zonas erógenas de la vulva Aunque la exploración de las zonas erógenas de la vulva comienza con las manos, son muchas las opciones que tenemos para descubrirnos un mundo de sensaciones único y de lo más placentero. Los complementos, de venta todos en tu sex shop favorito, son perfectos para esos momentos que vivimos en la intimidad. Tanto si quieres disfrutarlos en pareja como si lo único que buscas es proporcionarte otra manera de placer, hay cantidad de ejemplos que te pueden dar otra forma de satisfacción muy diferente a la que ya conocías. A continuación, para que ganes algunas ideas, te dejamos con nuestros ejemplos: Aceites de masaje El masajes sigue siendo el juego erótico por excelencia de todas las parejas. Cargado de sensualidad y provocación podemos hacer que la persona que lo recibe tenga la sensación de estar flotando en una nube. Los aceites, diseñados en aromas y texturas diferentes consiguen que el momento sea mucho más eléctrico. ¿Te animas con ellos? Pinturas corporales La pintura comestible es otro elemento que puede dar mucho juego en pareja. La idea de poder “comerte” al otro bañado en un sabor diferente excita y pone nuestra imaginación a trabajar a unos niveles que ni siquiera tú habías conocido antes. Fresa, chocolate, limón o de arándanos son algunos de los que más gustan. ¿Cuál es el tuyo? Juguetes sexuales En la gama de juguetes sexuales tenemos todo un arsenal con el que disfrutar. Algunos para nuestras noches en solitario y otros para compartir en pareja, cualquier catálogo de sex shop tiene columpios para hacer el amor o dildos de todos los tamaños. Sean cuáles sean tus preferencias seguro que hay algo que te interesa. Descubrir las zonas erógenas de la vulva nos ayuda no solo de cara al orgasmo femenino sino también para saber de qué estamos hechos, cuáles son nuestros puntos fuertes (o débiles) en la intimidad e ir viendo la capacidad que tenemos hacia el placer. ¿Tienes unos minutos para explorarte?