El BDSM es la abreviación de Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión y Sadismo Masoquismo. Esto se basa prácticamente en un juego de relaciones eróticas, por lo general, entre dos personas. El mismo busca cumplir las fantasías sexuales de una o ambas personas.

En el BDSM existen roles que debe cumplir cada persona. Los roles más comunes en el ámbito del BDSM es amo o dominante y sumisa o esclava. El papel del amo o dominante siempre lleva una definición muy similar.

No obstante, cuando se habla de una esclava y una sumisa, se debe establecer que no son iguales. Cada una de estas personas, cuando son esclavas, obedecen cierto tipo de parámetros, mientras que las sumisas siguen otros parámetros algo distintos.

Esta es la diferencia más clara entre ambos roles en el BDSM. En otras palabras, la diferencia se centra, sobre todo, en lo que se hace o se deja de hacer. Gracias a esto, se puede establecer una diferencia entre un esclavo de un sumiso en el BDSM.

Existe gran cantidad de personas que se llaman a sí mismas sumisas, cuando en realidad la definición correcta para ellas es esclava.

Por el otro lado, también ocurre algo muy similar, existen personas que se denominan esclavas, sin embargo, su realidad encaja en el papel de una persona sumisa.

¿Qué obedece una sumisa en el BDSM?

El concepto de una persona sumisa se podría establecer como una persona que hace lo que su amo o dominante establece. No obstante, la persona sumisa posee cierta libertad.

Una persona sumisa obedece por su decisión y se somete por voluntad. Es decir, una personas sumisa decide hasta qué punto va a obedecer a su amo o dominante.

Al comenzar una relación de BDSM, es importante que la persona se presente como sumisa y no como esclava. Esto hace que el dominante sea consciente de que existen límites de lo que puede y lo que no puede hacer.

Un esclavo no posee derecho a desobedecer ninguna orden y es lo que diferencia a un esclavo de un sumiso en el BDSM.

En el BDSM, por lo general, las sumisas empiezan asumiendo este rol. Sin embargo, llega el punto en que toda sumisa decide volverse esclava. Esto ocurre según el transcurso del tiempo y mediante la adquisición de la confianza entre amo y sumisa.

Este es un dato sumamente importante, toda sumisa posee tendencia a ser esclava. La decisión de convertirse en esclava es directamente elegida por la sumisa. La decisión, por lo general, depende de la relación, la confianza y el respeto que exista en la relación del BDSM.

Cabe destacar que para una sumisa no es necesario el pautar límites. La sumisa puede decidir cuándo obedecer y cuando no obedecer, esto en el momento que esa persona decida. La persona sumisa puede llegar a desobedecer incluso en pleno acto de BDSM.

¿Qué define a una esclava en el BDSM?

El concepto de una esclava es mucho más básico que el de una sumisa. No obstante, posee condiciones, tanto éticas como condiciones pautadas.

Se podría decir que una esclava es la evolución de una persona sumisa, que ha optado por tomar dicho rol. Esto debe realizarse por decisión propia de la persona y, en condiciones normales, debe ser después de tomar cierto nivel de confianza y respeto hacia su amo.

Es importante que en las relaciones amo-esclavo y amo-sumiso exista el respeto por medio. Además, se debe poseer confianza en la otra persona, esto sin pasar los límites normales de confianza. Dichos límites de confianza son establecidos por cada persona individualmente.

Lo que diferencia a las esclavos de las sumisos en el BDSM es un punto sumamente sencillo pero importante, la obediencia. Una esclava debe obedecer todos y cada una de las órdenes de su amo o dominante.

 Dichas órdenes se deben encontrar dentro de los límites éticos o pautados. Si la orden se encuentra dentro de estos límites, la esclava tiene el deber de simplemente obedecer.

 

Dejar de ser esclava en el BDSM

Cualquier persona puede dejar de ser esclava en cualquier momento. El término común de un esclavo hace referencia a una persona que debe obedecer a su amo sin opinar ni quejarse. Además, dicha persona no posee libertad ni puede dejar de ser esclavo.

No obstante, en el BDSM la relación esclavo-amo no obedece del todo al concepto básico. Es cierto que una esclava debe cumplir todas las exigencias de su amo. Sin embargo, existen límites y dicha persona puede dejar de ser esclava con solo solicitarlo.

Mientras que una persona sumisa, puede desobedecer cualquier orden establecida por su amo, sin romper su relación. Una esclava, al dejar de ser esclava, por lo general, está rompiendo la relación existente entre personas ama-esclava.

Este es otro de los puntos diferenciales entre esclava y sumisa del BDSM.

Límites de una esclava en el BDSM

Es de suma importancia aclarar los límites que existirán entre una persona esclava y su amo. Estos límites, que son establecidos entre dos personas, se consideran los límites pautados. Por lo general, se pautan al iniciar la relación de BDSM.

Es importante aclarar estos límites, gracias a que, de lo contrario, puede llegar a incomodar a la persona esclava. Esto teniendo que obedecer alguna orden extraña o que no sea del agrado de la persona esclava.

Además, existen los límites éticos. Estos límites son los que normalmente no se encuentran pautados, pero existe conciencia de que no se deben hacer. Un ejemplo de esto sería realizar daños físicos o materiales a un tercero por decisión del amo.

Generalmente los límites éticos se encuentran definidos por:

·       El seguimiento de órdenes que conlleven a problemas legales de algún tipo, en especial las que tengan como resultado la aprensión de la persona esclava.

·       Pueda generar daños irreversibles o extremos en la persona esclava.

·       Órdenes que generen pérdidas importantes en la vida de la esclava. Pérdidas tanto materiales como sentimentales, por ejemplo, pérdida de un coche o lazos familiares.

·       Órdenes que puedan traumar a la persona esclava, desde los diversos puntos de vista.

Cuando se es una persona sumisa en lugar de una esclava, se evitan todo este tipo de limitaciones. Esto se debe a que la persona sumisa elige qué hacer y qué no hacer. Esta es la forma de diferenciar a una eslava de una sumisa en el BDSM.