Uno de los juegos preferidos de Bob es ver cómo nos comemos, Mery y yo, una dulce banana. Podríamos haber comprado plátanos canarios para que el dinero se quede en España. Primero hay que apoyar a los nuestros pero los plátanos son más pequeños. Por cierto... ¿ De dónde proviene la banana?
Mery es más delicada y suave a la hora de comer. Le va dando pequeños lametones y , de vez en cuando , arranca algún cachito de la fruta . Tú eres más bruta , Marla. Prefieres dar mordiscos más grandes, llenarte bien la boca, sentir la materia , el alimento. Pecas de gula. Ojalá ese fuera mi único pecado, estoy llena de taras, de remiendos , de cicatrices, de imperfecciones.
Las pollas no tienen azúcar ni colesterol. Son buenas para la salud. La leche de Bob contiene omega tres, potasio y proteínas.
No importa. Nos repartimos las tareas. A mí me encanta jugar con pelotas y explorar galaxias y agujeros negros.
Chupa, Mery. Limpia, con profundidad y tenacidad , el gran clavo que nos taladrará como a Jesucristo.
No sé si esto es un sueño , Bob.
Quizás Mery no existe.
Tal vez ,todo sea una fantasía.
Carol Bosch
ilustración: @svrojit