El bondage es una práctica erótica, practicada en pareja, que consiste en inmovilizar a la otra persona realizando diversos tipos de nudos, hechos con cuerdas, telas y corbatas, entre otros elementos. 

Lo primero que vale la pena aclarar es que no tiene nada que ver con el sadomasoquismo, actividad que para muchos es muy polémica. Lo único que ambas actividades tienen en común son las ataduras.

El bondage, bien practicado, no tiene torturas ni dolor. El placer está en la dominación de una persona y en la entrega de la otra

Quien va a estar atado se encuentra a plena disposición de su pareja para que cumpla con sus fantasías. Y el que lleva a cabo los nudos del bondage, tiene la “responsabilidad” de cumplir con las expectativas de su compañera o compañero de aventuras.

La clave para tener una experiencia sumamente satisfactoria está en tener plena confianza con la persona que vamos a realizar esta actividad en la intimidad. 

Por esta razón, suele ser una práctica que crece exponencialmente entre aquellas parejas que llevan varios años juntos, porque tienen el conocimiento y la seguridad necesaria para experimentar una nueva actividad sexual. 

Por supuesto que otra de las claves al momento de hacer bondage está en los nudos que se hagan. En este sentido, independientemente del tipo de atadura, es imprescindible tener cuidado para no lastimar a la pareja y arruinar el momento.

Si te estás iniciando en esta práctica sexual debes saber que hay muchas posibilidades de llevar a cabo nudos bondage para principiantes.

Beneficios del bondage y tipos de nudos

Al ser novato, seguramente te estarás preguntando qué beneficio tiene atar a tu pareja. Realmente la experiencia sexual puede resultar mucho más completa, especialmente si eres capaz de hacer nudos. 

En este punto, hay varias ataduras que no requieren de grandes trucos al momento de llevarlos a cabo. Por supuesto que hay lazos complejos, pero estos son recomendables para personas con experiencia en el bondage.

En primer lugar, romper con la rutina sexual ya es una de las principales razones por las que cada vez más cónyuges se animan a experimentar cosas nuevas.

Al ser una práctica sumamente sana, que no requiere de dolor ni tortura alguna, el bondage dentro del BDSM está entre las actividades sexuales más realizadas por las personas en la actualidad.

Atar a una persona le va a generar misterio y morbo a tu pareja, que sentirá curiosidad y se sumirá por completo a sus fantasías sexuales más profundas.

En definitiva, sube la adrenalina y la excitación, dando como resultado una experiencia mucho más enriquecedora al momento de tener un encuentro íntimo con tu compañero o compañera de vida.

Por supuesto que saber hacer nudos es imprescindible para que el bondage tenga el éxito esperado por la pareja. En este sentido, lo primero es elegir el elemento o material con el que queramos hacer la práctica sexual, como por ejemplo una cuerda, tela o directamente coger corbatas.

Esta elección es sumamente personal y estará supeditada al material que más cómodo les resulte a los dos.

Si eres principiante en el bondage, aquí te presentamos algunas de las ataduras más sencillas para llevar a cabo esta práctica.

Corbata de una sola columna

Este es uno de los nudos más básicos que se pueden hacer y, lo mejor, es que no necesita de grandes trucos para llevarlo a cabo. 

En general, se utiliza una cuerda -o cualquier otro utensilio- y se hace un nudo sólo con el giro de la cuerda, que debe atar el tobillo o la muñeca con parte de algún elemento que haya en la habitación (alguna silla o el respaldo de la cama, por ejemplo).

Muchos principiantes suelen empezar por la corbata de una sola columna debido a la facilidad para atar a la pareja en al momento de hacer bondage.

Aqui tienes 4 imagenes que te servirán de guía:

Nudo mariposa

Otra de las ataduras más clásicas, ideal para aquellas parejas novatas. En este caso, se cogen los dos brazos y se pasa la cuerda entre los miembros y algún objeto del hogar resistente.

Lo mismo se hace con las piernas, es decir, se atan las dos juntas. La diferencia es que aquí, en lugar de cuatro nudos, necesitaremos sólo dos. 

No requiere grandes complicaciones y, además, no ejerce ningún tipo de presión, por lo que la seguridad está garantizada.

 

Nudo esposa

En este caso, estamos frente a un nudo más fuerte que emula, como indica su nombre, a la forma de las esposas reales que utiliza la policía.

Es extremadamente útil para atar muñecas y tobillos juntos, e incluso sumar algún otro elemento externo. En caso de que quieras arriesgar un poco más, el nudo esposa puede probarse para atar las dos manos a la espalda.

Como vemos, aquí se complejiza todo un poco más, pero el resultado es una atadura más firme, útil para aquellas personas que quieran probar un bondage algo más arriesgado.

Cabeza de alondra

Este tipo de atadura es otra muy buena opción para aquellos que tienen alguna experiencia en esta práctica sexual, puesto que se usa utiliza para enganchar la cuerda a otras ataduras ya existentes, sin la necesidad de implementar trucos difíciles. 

Literalmente, es muy útil para crear corsés de cuerda que puedan enrollar los miembros, de tal manera que se creen varios puntos de enganche.

En definitiva, es un nudo algo más complejo de realizar, pero sumamente efectivo para tener una experiencia bondage de gran intensidad.

Nudo ballestrinque

Sin duda, la atadura más firme y fácil de llevar a cabo. En este caso, son nudos muy sencillos, similares al espiral, pero con la excepción de que es necesario hacerlo en la cama, debido a que es necesario un soporte para los brazos y piernas.

Es un método muy utilizado por los principiantes porque la cama es el mejor lugar para experimentar esta actividad las primeras veces, ya que es un lugar cómodo y seguro para iniciarse en esta práctica.

Estas son sólo algunas de las ataduras más populares para los recién iniciados. Por supuesto que la base del bondage es la confianza y la curiosidad, por lo que hay muchísimos nudos más que se pueden hacer una vez que la pareja se ha decidido por adentrarse de lleno en esta práctica sexual.