Un azote mientras hacemos el amor, cuando es algo que está hablado y pactado, puede resultar muy divertido. El spanking, práctica que se ha normalizado con el tiempo, juega con ese arma de doble filo en el que pueden existir personas a las que no les gusta tanto e incluso lo ven como un acto agresivo.

Popular desde la época victoriana, se incluyó en la categoría BDSM y hoy son muchas las parejas que lo tienen como algo no convencional pero que es igualmente divertido y muy excitante si se sabe hacer con soltura y buena delicadeza. Ideal para quien quiere probar cosas nuevas, quizás te sorprenda bastante.

¿Qué es exactamente el spanking?

Definimos el spanking como los azotes o nalgadas que damos a nuestra pareja en un momento íntimo o de excitación. Practicado durante años, golpear el trasero de una persona (con la mano o cualquier otro elemento) de una persona mientras hacemos el amor puede ser una experiencia que provoque en nosotros algo que desconocemos.

De origen inglés, cuenta con diferentes intensidades y, dependiendo del nivel que quiera probar nuestra pareja podemos aumentar la presión o disminuirla según vayamos viendo cuál es la reacción que hemos provocado. Perfecto para los juegos de sumisión, si te apetece probarlo solo tienes que hablarlo con tu pareja y dar rienda suelta a vuestros deseos de mayor lujuria.

¿Cómo podemos practicar el spanking?

Cuando acabamos de iniciarnos en la práctica del azote pueden surgir muchas dudas relacionadas con las diferentes formas que hay de hacerlo y si realmente va a gustar a nuestra pareja sexual. Existen muchas versiones -todas basadas en roles- y simplemente tendremos que poner de nuestra parte y disfrutar. A continuación, para que no vayas a ciegas, te dejamos con algunos consejos:

Asumir diferentes roles

Una de las bases del spanking es el rol que cada parte de la pareja asume en el momento de su práctica y cómo se hace al mismo. El juego del dominador y la persona dominada es un clásico pero la mejor manera de disfrutar de la experiencia. Ambas partes, después de haber hablado sin tapujos, deben estar de acuerdo y centrarse solo en pasarlo bien.

Formas de azotar

Las primeras veces que hagamos nalgadas con nuestra pareja tiraremos de las manos como el elemento con el que vamos a azotarle sin embargo, con el paso del tiempo, podemos ampliar el catálogo y meter diferentes accesorios que nos ayuden en esas noches de placer para las que parecemos haber nacido: correas, fustas o bastones son los ejemplares que mejor se venden.

Niveles de intensidad

Los azotes tienen diferentes niveles de intensidad que podemos ir alternando según guste a nuestra pareja sexual. Empezando por caricias suaves, son muchas las parejas que van poco a poco aumentando la presión y jugando con los accesorios en función de lo que le gusta a cada uno de ellos. ¿Por cuál vas tú?

Evitar golpes violentos

Una de las normas principales del spanking es evitar los golpes violentos que puedan provocar en nuestra pareja una sensación desagradable. En ocasiones, cuando estamos en ese momento de excitación donde parece que todo nos da igual podemos sacar gestos de nosotros que jamás hubiésemos imaginado. ¡No dejes que se te vaya de las manos!

Comunicación sexual

Para practicar un juego como éste debemos hablar con nuestra pareja acerca de qué nos gusta hasta dónde podemos llegar o cuáles son las intenciones finales. Sin expresarnos con claridad al lado del otro de nada nos sirve proceder a hacer este tipo de rutinas que, lejos de provocarnos placer, se convertirán en un auténtico infierno.

Juegos preliminares

El azote se puede usar como parte de los juegos preliminares y esas ganas de dar un paso más en nuestras relaciones sexuales. Ideal para parejas que quieren sentir al otro de una manera única y especial, con los manuales y post sobre nalgadas puedes ofrecer a tu amante una forma  de disfrute con la que seguramente acabes repitiendo.

Accesorios para hacer spanking, ¡el azote más allá de las manos!

Todas las parejas que comienzan en el fascinante mundo del spanking lo hacen a través de las manos y las diferentes formas que tenemos de hacer nalgadas. A pesar de ello, con el paso del tiempo, el abanico de opciones se puede ampliar mucho más y darnos otro punto de vista del placer. A continuación, para que tengas dónde elegir, te dejamos con algunos accesorios interesantes:

Bastones

Los bastones son muy comunes en las prácticas de spanking. De diferentes formas y tamaños, dan ese punto de atrevimiento que muchas parejas no se atreven a tener pero que resultan muy divertidos cuando estamos en el acto sexual. Fáciles de manejar, en Mundo Erótico contamos con una colección que te sorprenderán.

Cinturones

Fabricados en cuero o materiales similares, los cinturones se suelen colocar en la parte alta del vientre a fin de que sujete el pantalón con el que va vestido el hombre o la mujer que ha aceptado el rol de dominante. Parecido a los que nos ponemos cuando salimos a la calle, tienen bastante éxito en esas parejas que quieren probar algo más con esta práctica.

Grilletes

Para los que gustan del BDSM y la cantidad de variedades de que dispone, los grilletes pueden ser un buen elemento para los momentos de placer. Colocados en los tobillos de la persona que vamos a someter, consigue mantenerlo sujeto de tal forma que estará a nuestra disposición y podremos hacerle casi cualquier cosa que queramos.

Antifaces

Son muchos los juegos eróticos que tienen antifaces de por medio. Con la idea de despertar la curiosidad de nuestro amante, hace muy bien las veces de complemento para el spanking y son varias las parejas que ya han venido a por el suyo. De formas muy dispares, si no encuentras el que buscas igual nos lo puedes pedir.

Fustas

¡No solo con las manos podemos pegar buenos azotes! Las fustas que se colaron entre los accesorios BDSM hace años, pueden protagonizar algunos de los mejores momentos cuando hablamos de spanking en pareja. De todos los colores y tamaños, agregan a las noches de pasión una intensidad que te encantará repetir.

Látigos

De la mano de las fustas también tenemos los látigos. Ligeramente diferentes a éstas, son muchas las parejas que cuentan con uno o varios en su arsenal erótico personal. Si quieres aumentar el deseo en tus noches de placer así como también conocer la manera en la que disfrutan otros iguales que tú quizás con éstos llegues al cometido final.

¿Es el spanking sinónimo de agresión?

En ocasiones, debido a las formas que tiene su práctica, se puede pensar que el spanking es una manera de abusar de nuestra pareja o someterla a cosas que realmente no quiere hacer y con las que se siente incómoda. Lejos de la realidad, cuando ambas partes están de acuerdo y se quiere aprovechar al máximo el disfrute que nos ofrece, nada puede pasar.

Como vemos el spanking nos abre un universo de sensaciones que quizás se escapan a nuestro entendimiento y sobre las que podemos hacer muchas otras cosas. Con cuidado, cariño y mucha comunicación, el sexo es una actividad perfecta para vivir en pareja, en solitario o con más de una persona. ¿Nos cuentas tú tus experiencias?